Cada semana recibo muchas cartas y correos electrónicos que tocan una amplia variedad de temas. Aunque muchos son sumamente privados, algunas de las cuestiones en esas comunicaciones son bastante públicas y se refieren a temas muy polémicos. De hecho, un número de estos mensajes se anulan entre sí, puesto que expresan opiniones diametralmente opuestas en relación al mismo asunto.