Queridos hermanos en Cristo,

Aunque reconocemos que los católicos en todas partes están anhelando volver a la Eucaristía y reunirse una vez más en nuestras iglesias, debemos comunicarles que, después de haber luchado con nuestra decisión, creemos que debemos continuar manteniendo la medida actual de permanecer en casa. Con el apoyo y el aporte de los sacerdotes de la Arquidiócesis de Atlanta y la Diócesis de Savannah, no estaremos autorizando, por la seguridad de todos los residentes de Georgia, las congregaciones en las iglesias ni permitiremos que estas estén abiertas para devociones. Esta determinación se extiende hasta el mes de mayo. Si las pautas de permanecer en casa y distanciamiento social cambian significativamente durante este tiempo, volveremos a examinar la posibilidad de congregarnos en las iglesias.

Hemos considerado muchos factores para llegar a esta conclusión. El Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud ha estado actualizando la información diariamente y brindando orientación sobre el momento que podría ser seguro para tomar los próximos pasos. Su informe actual sobre Georgia indica que esperar hasta junio para cambiar las estrategias de distanciamiento social sería el mejor curso de acción.

Muchos de nuestros sacerdotes hacen parte de la categoría de alto riesgo para este virus, al igual que un número significativo de nuestros fieles. Además de esto, los sacerdotes están renuentes a poner en riesgo a sus congregaciones. Con más de 200 iglesias y más de un millón de católicos en el estado de Georgia, en una gran variedad de circunstancias, no podemos ofrecer una estrategia viable que pueda aplicarse a nuestra población diversa.

Si una iglesia ofrece una liturgia o devoción especial, podría estar inundada de asistentes. Normalmente, esa sería una respuesta bienvenida, pero en el entorno actual esto no respetaría la necesidad de permanecer, por motivos de seguridad, distanciados. Lo mismo aplica para los servicios que se ofrecen desde los automóviles (drive-through) y las devociones. Las parroquias que podrían ofrecer un servicio para aquellos que están en sus automóviles o confesiones para sus propios miembros no podrían acomodar de manera segura a las personas adicionales de las comunidades cercanas.

Vamos a utilizar este tiempo, desde ahora hasta que reanudemos las liturgias y los sacramentos regulares, para estudiar cuidadosamente las condiciones, incluyendo el número de asistentes, el espacio requerido y las medidas de higiene y limpieza bajo las cuales las iglesias pueden volver a ofrecer reuniones regulares de manera segura. Por supuesto que la dispensa de asistir a la misa del sábado o domingo continúa vigente, aunque esperamos que los católicos aprovechen la misa virtual semanalmente.

Preservar los lazos de unión de la vida parroquial es particularmente importante, incluso cuando vemos evidencia del fortalecimiento del culto y la devoción familiar en nuestros hogares. Las parroquias están llegando a las personas mayores y confinadas en sus hogares, lo cual apoyamos sinceramente. Brindar ánimo, especialmente a la luz de la ausencia prolongada de las actividades normales, es una labor verdadera de misericordia.

Las actividades catequéticas parroquiales, como las clases de religión parroquiales u otras oportunidades de formación en la fe, deben ser ofrecidas digitalmente. Tanto el personal de la arquidiócesis/diócesis como el de las parroquias han reunido recursos para los líderes catequéticos y las familias, y están actualizando las páginas de recursos de sus sitio web casi a diario.

Los empleados de las cancillerías continuarán trabajando a larga distancia y recomendamos que las parroquias hagan lo mismo.

Este es un momento sin precedentes en la historia. Apenas podríamos habernos imaginado un momento en el que tendríamos que sopesar el progreso espiritual de nuestra Iglesia contra las drásticas necesidades de salud pública y supervivencia. Pero, vivimos en la realidad de la Pascua, e incluso ahora nos regocijamos en la bondad de Dios y la gracia salvadora de nuestro Señor resucitado. Que el Paracleto siempre renovador y maravilloso, Espíritu de toda verdad, conserve nuestra esperanza y nos mantenga unidos en la confesión de nuestra fe católica.

Arzobispo Gregory Hartmayer, OFM, Conv.
Obispo de Savannah/Arzobispo-designado de Atlanta

Obispo Joel M. Konzen, S.M.
Administrador Diocesano

Obispo Bernard Shlesinger, III
Obispo Auxiliar

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