Un mensaje del Arzobispo Hartmayer

Queridos hermanos,

¡Paz y todo bien!

En la Sagrada Eucaristía, el corazón de Cristo se entrega a nosotros en el mayor acto de amor que este mundo jamás haya conocido. En Su Presencia es donde todos encontramos gozo y paz, así como apoyo y consuelo. Como sus discípulos, nutridos por el Señor en la Eucaristía y fortalecidos por los sacramentos, estamos llamados a ser sus testigos en el mundo y a difundir su amor dondequiera que vayamos.

Como una de las diócesis de más rápido crecimiento en el país, cada día tenemos un mayor número de hermanos en nuestras comunidades que necesitan la esperanza y la sanación de Cristo. Cada año, su generosidad hacia la Campaña Anual del Arzobispo permite que nuestra Iglesia local continúe llevando a cabo la misión de Cristo.

Más allá de lo que una parroquia individual puede ofrecer, la Campaña Anual del Arzobispo es la fuente de financiación principal de todo el trabajo ministerial, de extensión, educación, formación y discipulado de la Arquidiócesis de Atlanta. Así como Cristo se entrega a nosotros en la Eucaristía, al dar con sacrificio para servir a nuestros hermanos y hermanas, nos convertimos en Eucaristía para los demás y hacemos presente su amor en todo el norte y centro de Georgia.

Los invito a visitar archatl.com/appeal para ver las historias destacadas de este año que dan testimonio de cómo acompañamos a los estudiantes, formamos a nuestros seminaristas, servimos a los vulnerables y cuidamos de la creación y de los demás, En Su Presencia, por medio de los ministerios y servicios vitales financiados a través de la Campaña Anual del Arzobispo.

Por favor consideren en sus oraciones cómo pueden continuar la obra de Cristo y difundir su amor a través de sus donaciones financieras a la campaña de este año y sus oraciones intencionales. En Su Presencia, todas las cosas se hacen nuevas. Juntos, hacemos presente a Cristo para que nuestras familias, parroquias y comunidades sean transformadas en Él.

San Francisco de Asís, mi propio padre espiritual, dijo una vez: “¡Predica el Evangelio y, cuando sea necesario, usa palabras!” Quiero agradecerles, mis queridos amigos, por su generosidad y por las muchas maneras en que predican el Evangelio cada día con sus vidas de amor y sacrificio.

¡Que el Señor les conceda su paz!

Con mis mejores deseos y oraciones, sinceramente suyo,

†Reverendísimo Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv.
Arzobispo de Atlanta