Consideraciones sobre Ministerio Familiar
- Empezar con un ministerio pequeño. – Lanza este ministerio familiar como un programa piloto. Evalúalo después y haz ajustes necesarios.
- Ofrece cuidado de niños en eventos de la parroquia que están diseñados para adultos. – Proveer cuidado de niños para los padres a quienes se desea atender envía el mensaje de que a la parroquia le interesan las familias y entiende sus necesidades. La asistencia a un evento parroquial es mayor cuando se proporciona cuidado de niños. Es importante seguir las directrices para ambiente seguro.
- Formar un Comité para atender las necesidades de la familia en su parroquia. – Un Comité de apoyo al párroco, ayudar a identificar las mayores necesidades, el plan y el piloto de una pequeña iniciativa de ministerio.
- Designe un enlace del Ministerio de familia. – Identificar un diácono o familia laical dedicada para ser el enlace entre el pastor y el personal del ministerio diocesano de familia – que puede proporcionar apoyo, recursos y formación.
- Considerar las diversas etapas de desarrollo de la vida familiar. – Como: recién casados; jubilados; padres solteros, etc.
- Aproveche la homilía dominical para formar a la familia. – Reconozca la diversidad de configuraciones familiares.
- Proporcione oportunidades para establecer pequeñas comunidades de fe. – Familias en etapas similares de desarrollo confluyen para apoyo y aliento.
- Proporcione ministerio a los hombres. – No hay mejor manera de impactar positivamente la vida de familia que el dar ministerio a los padres.
- Crear y proporcionar recursos móviles para familias en movimiento. – Compilar información y recursos que los padres y miembros de la familia pueden utilizar y acceder a sus dispositivos móviles (véase las herramientas anteriores para recursos católicos).
- Hora Santa familiar donde los niños y los padres son bienvenidos y animados a visitar a Jesús. – Los padres a menudo evitan este poderoso momento de oración por temor a que sus hijos puedan ser una distracción o un disturbio. Se recomienda diseñar una oportunidad así para orar por las familias, juntos todos padres e hijos.