¿Qué significa 'sinodalidad'?

La palabra “sínodo” proviene de dos palabras griegas que significan un camino de compañeros marcado por el compartir y la comunión. Esto corresponde a la imagen de la Iglesia como pueblo peregrino. (Extraído de la homilía del Arzobispo Hartmayer el día de la inauguración del Sínodo en la Arquidiócesis de Atlanta)

La sinodalidad expresa la naturaleza de la Iglesia, su forma, su estilo, su misión. Y así hablamos de Iglesia sinodal, evitando, sin embargo, considerarlo como un título entre otros, una forma de pensarla con alternativas. No lo digo en base a una opinión teológica, ni siquiera como pensamiento personal, sino siguiendo lo que podemos considerar el primer y más importante “manual” de eclesiología, que es el libro de los Hechos de los Apóstoles. (Papa Francisco, Discurso a los Fieles de la Diócesis de Roma, Aula Pablo VI, sábado, 18 de septiembre de 2021)

Si el proceso ya está definido, ¿cómo ‘caminamos juntos’?

Todo miembro de la Iglesia tiene derecho a expresarse libremente, la responsabilidad de escuchar al Señor y de escucharse respectivamente, y la obligación de permitir que aquellos encargados de la obra de discernimiento y gobierno tengan la libertad de hacerlo. El Papa Francisco en su libro “Soñemos juntos” dice que “necesitamos una escucha respetuosa, mutua, libre de ideologías y agendas predeterminadas”. (Papa Francisco, Soñemos juntos: El camino a un futuro mejor, Simon and Schuster, Lóndres, 2020, página 93)

“Este itinerario, que se sitúa en la línea del «aggiornamento» de la Iglesia propuesto por el Concilio Vaticano II, es un don y una tarea: caminando juntos, y reflexionando juntos sobre el camino recorrido, la Iglesia podrá aprender, a partir de lo que irá experimentando, cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación y a abrirse a la misión. Nuestro “caminar juntos”, en efecto, es lo que mejor realiza y manifiesta la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero”. (Documento Preparatorio, 1)

Esta cuestión de cómo caminamos juntos está en el corazón del proceso. La arquidiócesis está proporcionando recursos y un marco para que cada parroquia (y cualquier grupo interesado) pueda formar sus propios medios para llevar a cabo sesiones de escucha locales, centradas en escuchar al Señor y a los demás. La arquidiócesis también ofrecerá sesiones regionales y medios alternativos de participación para que el proceso llegue al mayor número de personas posible.

¿Esto es solo para parroquias y diócesis?

No. El proceso involucra a todos. Las escuelas, los jóvenes, los capellanes, las comunidades religiosas y consagradas, las sociedades de vida apostólica, aquellos con un carisma distintivo en la Iglesia y más allá, todos tienen algo que aportar a la conversación. Las organizaciones católicas y las organizaciones benéficas también tienen un papel que desempeñar en esta labor. Invitamos incluso a aquellos que se han alejado de la Iglesia a compartir su opinión y a quienes nunca han sido católicos.

Uno de los “objetivos principales, que manifiestan la sinodalidad como forma, estilo y estructura de la Iglesia” es “…vivir un proceso eclesial participativo e inclusivo que ofrezca a todos —especialmente a quienes por diversas razones se encuentran en las márgenes— la oportunidad de expresarse y ser escuchados para contribuir a la edificación del Pueblo de Dios”. (Documento Preparatorio, 3)

Evocando la experiencia del Concilio Vaticano II, también se alienta el compromiso ecuménico e interreligioso. Esta es una voz importante desde fuera de la Iglesia que ofrece una visión de la colaboración para el bien de todos.

Concretamente, estamos invitando a grupos, ministerios y organizaciones, especialmente a aquellos que sirven a los marginados, pobres, olvidados y vulnerables, a llevar esta conversación a su comunidad y compartir sus historias con la arquidiócesis. Los comentarios recopilados deben enviarse a través del informe parroquial o a través de un solo informe de grupo si no está vinculado a una parroquia.

¿Se puede hablar de cualquier tema?

El Papa Francisco dice que “lo que se discute en las reuniones sinodales no son las verdades tradicionales de la doctrina cristiana. El Sínodo se ocupa principalmente de cómo se puede vivir y aplicar la enseñanza en los contextos cambiantes de nuestro tiempo”. (Papa Francisco, Soñemos juntos: El camino a un futuro mejor, Simon and Schuster, Lóndres, 2020, página 93)

La pregunta fundamental que guía esta consulta, como se ha recordado en la introducción, es la siguiente: En una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, todos “caminan juntos”: ¿cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en la propia Iglesia particular? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”? (Documento Preparatorio, 26) El Vaticano ha propuesto temas específicos que se centran en aspectos significativos de sinodalidad vivida” (Documento Preparatorio, 30) que guiarán las discusiones.

Por lo tanto, se pueden plantear todos los temas, pero es importante darse cuenta de que no todos formarán parte de la discusión en curso. En lugar de venir con un tema preparado, le pedimos que comience por oarar por este proceso y que asista con el corazón abierto al Espíritu Santo.

¿Hará esto que la Iglesia sea más democrática?

El Proceso sinodal no se trata de un debate democrático. Es un lugar de escucha respetuosa y recíproca, y de vivencia de la llamada del Espíritu Santo para moverse en caminos nuevos. Una vez más, el Papa es claro en esto:

“Otra tentación que con tanta frecuencia confunde a la gente es tratar al Sínodo como una especie de parlamento sostenido por una ‘batalla política’ en la que para gobernar una parte debe derrotar a la otra… esto va en contra del espíritu del sínodo como un espacio protegido de discernimiento comunitario”. (Papa Francisco, Soñemos juntos: El camino hacia un futuro mejor, páginas 84-85)

Lo que se espera es que la experiencia del Sínodo ayude a adentrarse, en todos los niveles de la vida de la  Iglesia, una nueva forma de escuchar y oír a través de la oración. Una nueva forma de discernimiento y acción que permanezca fiel a las verdades recibidas pero que las exprese dentro del contexto de un tiempo particular.

¿Cómo se lleva a cabo este discernimiento?

Todo el proceso sinodal es un proceso de oración, enraizado en el encuentro con Jesús que se genera al orar y leer la Sagrada Escritura, y que se fomenta a través de la vida litúrgica de la Iglesia, especialmente de la Eucaristía. Un proceso inspirado por una apertura al movimiento del Espíritu Santo. Es muy importante escucharse unos a otros. El Papa Francisco dice sobre la reunión del Sínodo de los Obispos: “escuchamos, discutimos en grupos, pero sobre todo prestamos atención a lo que el Espíritu tiene que decirnos”. (Papa Francisco, Soñemos juntos: El camino hacia un futuro mejor, página 86)

Este discernimiento no es una actividad aislada. La escucha y la reflexión recíprocas son vitales, ya que lo que se propone parte de la unidad y convicción que nace de la práctica vivida de la fe dentro de la comunidad.

El proceso de discernimiento espiritual incumbe a todos; estar realmente abiertos al Espíritu y ver hacia dónde se dirige la Iglesia local en su propio contexto, con los obispos escuchando atentamente las opiniones de los fieles, y los fieles respetando el papel auténtico del obispo como quien gobierna la Iglesia local y promueve la comunión. (Papa Francisco, Soñemos juntos: El camino hacia un futuro mejor, página 85)

El discernimiento está siempre orientado hacia la misión de la Iglesia universal que es anunciar a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, e invitar a todos los hombres a la unirse con él.

¿Cuál es el papel del arzobispo y más adelante el de la Conferencia Episcopal?

Los obispos, sin dejar de ser los auténticos pastores de sus Iglesias particulares y hablando en nombre de ellas, trabajan también colectivamente para sintetizar los “vínculos de cultura, tradición e historia común, así como la interconexión de las relaciones sociales entre los ciudadanos de una misma nación. (Papa San Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Pastores Gregis, 16 de octubre de 2003 §44)

Es por ello que esta parte de la fase arquiocesana del camino sinodal tiene una gran importancia. Como su pastor, el arzobispo escuchará a su pueblo e invita al Espíritu Santo a su propio proceso de discernimiento.

¿Cuál es la relación entre el Sínodo y los ministerios de la arquidiócesis?

Cada ministerio de la cancillería ha sido invitado a participar y comunicarse con sus diversas redes y audiencias para garantizar la mayor participación posible. Esperamos y oramos para poder llegar a los rincones más alejados de la arquidiócesis para escuchar las voces que merecen ser escuchadas.

En este sentido, el objetivo de esta fase diocesana es consultar al Pueblo de Dios para que el Proceso Sinodal se realice a través de la escucha de todos los bautizados. Al convocar este Sínodo, el Papa Francisco invita a todos los bautizados a participar en este Proceso Sinodal que comienza a nivel diocesano. Las diócesis están llamadas a tener en cuenta que los sujetos principales de esta experiencia sinodal son todos los bautizados. Se debe tener especial cuidado
en hacer participar a aquellas personas que corren el riesgo de ser excluidas:
las mujeres, las personas con discapacidades, los refugiados, los emigrantes, los ancianos, las personas que viven en la pobreza, los católicos que rara vez o nunca practican su fe, etc. También debemos encontrar aquellos medios creativos para hacer participar a los niños y a los jóvenes.

Juntos, todos los bautizados son el objeto del sensus fidelium, la voz viva del Pueblo de Dios. Al mismo tiempo, para participar plenamente en el acto de discernimiento, es importante que los bautizados escuchen las voces de otras personas en su contexto local, incluidas las personas que han dejado la práctica de la fe, las personas de otras tradiciones de fe, las personas sin creencias religiosas, etc. Porque, como declara el Concilio “Los gozos y las esperanzas, las penas y las angustias de los hombres de este tiempo, especialmente de los pobres y de los que sufren, son los gozos y las esperanzas, las penas y las angustias de los seguidores de Cristo. En efecto, nada de lo genuinamente humano deja de suscitar un eco en sus corazones” (GS, 1).

Por este motivo, mientras todos los bautizados están específicamente llamados a participar en el Proceso Sinodal, nadie -independientemente de su afiliación religiosa- debe ser excluido de la posibilidad de compartir la propia perspectiva y sus experiencias, en la medida que quiera ayudar a la Iglesia en su camino sinodal de búsqueda de lo que es bueno y verdadero. Esto es particularmente cierto para los más vulnerables o marginados”. (Vademécum, 2.1)

¿Cómo participamos?

Primero y ante todo, a través de la oración. Le pedimos que empiece por orar por el proceso y por estar abierto a que el Espíritu Santo obre en su corazón y en la Iglesia. El proceso está destinado a comenzar en un nivel individual de oración y encuentro con Jesús.

En segundo lugar, estudie los documentos que ya están disponibles y esté atento a más materiles próximamente. El Documento Preparatorio y el Vademécum son un excelente lugar para comenzar. Estos documentos y otros recursos de estudio están disponibles en nuestra página web archatl.com/es/sinodo/.

Por último, le invitamos a escuchar, hablar y discernir a través de una sesión de escucha local o una encuesta. La arquidiócesis proporcionará recursos para que las parroquias, las escuelas y las comunidades los utilicen para iniciar el proceso a nivel local. Estos incluyen marcos sugeridos para sesiones de escucha centradas en la oración, así como guías para facilitadores y participantes. Cada comunidad, ya sea parroquia, escuela, centro de servicio o grupo de oración, es bienvenida a contribuir a una sesión de escucha local. Las parroquias enviarán delegados a las reuniones regionales. Cada comunidad necesitará voluntarios para que estas sesiones sean fructíferas, así que considere cómo puede contribuir con sus oraciones o su tiempo a su comunidad. Nos estamos acercando a quienes sirven a los pobres, inmigrantes, marginados e incluso a quienes pueden haber abandonado la Iglesia, así como a las comunidades ecuménicas e interreligiosas, en un esfuerzo por crear un espacio para todas las voces.

¿En qué se diferencia este Sínodo de otros procesos sinodales?

Extracto Documento Preparatorio, 27:

En la oración, reflexión y coparticipación suscitadas por la pregunta fundamental, es oportuno tener presente tres planos en los cuales se articula la sinodalidad como «dimensión constitutiva de la Iglesia».

  • el plano del estilo con el cual la Iglesia vive y actúa ordinariamente, que expresa su naturaleza de Pueblo de Dios que camina unido y se reúne en asamblea convocado por el Señor Jesús con la fuerza del Espíritu Santo para anunciar el Evangelio. Este estilo se realiza a través de «la escucha comunitaria de la Palabra y la celebración de la Eucaristía, la fraternidad de la comunión y la corresponsabilidad y participación de todo el Pueblo de Dios, en sus diferentes niveles y en la distinción de los diversos ministerios y roles, en su vida y en su misión»;
  • el plano de las estructuras y de los procesos eclesiales, determinados también desde el punto de vista teológico
    y canónico, en los cuales la naturaleza sinodal de la Iglesia se
    expresa en modo institucional a nivel local, regional y de la Iglesia entera;
  • el plano de los procesos y eventos sinodales en los cuales la Iglesia es convocada por la autoridad competente, según
    procedimientos específicos determinados por la disciplina
    eclesiástica. (Final del extracto del Documento Preparatorio.)

Este sínodo es diferente porque se centra particularmente en nuestro redescubrimiento de que somos un “pueblo que quiere caminar junto, entre nosotros y con la humanidad” (Papa Francisco, Discurso a los Fieles de la Diócesis de Roma, Aula Pablo VI, sábado 18 de septiembre de 2021). Si bien ciertos aspectos del proceso del sínodo son similares a sínodos de obispos anteriores, el objetivo de este Sínodo es atraer a toda la Iglesia a una experiencia de sinodalidad, de caminar juntos. Por lo tanto, la convocatoria del Papa Francisco a toda la Iglesia en un sínodo es singularmente significativa.

El Documento Preparatorio dice: “…El propósito de este Sínodo, y por lo tanto de esta consulta, no es producir documentos..." Sin embargo, el Documento Preparatorio también indica que las siete asambleas continentales producirán siete documentos finales, lo que conducirá a un documento de trabajo que se empleará en la asamblea del Sínodo de los Obispos de 2023. ¿Cuál es exactamente la misión de este Sínodo?

Iluminado por la Palabra y fundado en la Tradición, el camino sinodal está enraizado en la vida concreta del Pueblo de Dios. En efecto, presenta una particularidad que es también una extraordinaria riqueza: su sujeto – la sinodalidad – es también su método. En otras palabras, constituye una especie de taller o de experiencia piloto, que permite comenzar a recoger desde el comienzo los frutos del dinamismo que la progresiva conversión sinodal introduce en la comunidad cristiana”. (Documento Preparatorio, 25)

¿Qué papel desempeña el liderazgo episcopal en el camino sinodal junto al Pueblo de Dios? ¿Camina delante de ellos, camina en medio de ellos o camina detrás de ellos?

“Caminar juntos descubre como su línea sea más bien la horizontalidad en lugar de la verticalidad. La Iglesia sinodal restituye el horizonte del que sale el sol Cristo: levantar monumentos jerárquicos es cubrirlo. Los pastores caminan con el pueblo, a veces delante, a veces en medio, a veces detrás. El buen pastor tiene que moverse así. Delante para guiar, en medio para animar y no olvidar el olor del rebaño, detrás porque el pueblo tiene también “instinto”. Tienen un instinto para encontrar nuevos caminos hacia adelante, o para encontrar el camino perdido. Quiero subrayar esto, también para los obispos y sacerdotes de la diócesis. En su camino sinodal, que se pregunten: “Pero, ¿soy capaz de caminar, de moverme, delante, en medio y detrás, o solo estoy en la cátedra, con la mitra y el báculo?”. Pastores involucrados, pero pastores, no rebaño: el rebaño sabe que somos pastores, el rebaño conoce la diferencia. Delante para mostrar el camino, en medio para escuchar lo que siente el pueblo y detrás para ayudar a los que están algo rezagados y para que el pueblo sienta con su instinto dónde están las mejores hierbas”. (Papa Francisco, 18 de september de 2021)

¿Qué cambios prácticos podemos esperar de esto?

“En este sentido, el objetivo del actual Sínodo es escuchar, como todo el Pueblo de Dios, lo que el Espíritu Santo dice a la Iglesia. Lo hacemos escuchando juntos la Palabra de Dios en la Escritura y en la Tradición viva de la Iglesia, y luego escuchándonos unos a otros, y especialmente a los que están en los márgenes, discerniendo los signos de los tiempos. De hecho, todo el Proceso Sinodal pretende promover una experiencia vivida de discernimiento, participación y corresponsabilidad, en la que se reúne una diversidad de dones para la misión de la Iglesia en el mundo.” (Vademécum, 1.3)

¿Por qué se eligió este momento para llevar a cabo este sínodo?

Como lo indica el Documento Preparatorio: “El camino sinodal se desarrolla dentro de un contexto histórico caracterizado por cambios “epocales” de la sociedad y por una etapa crucial de la vida de la Iglesia, que no es posible ignorar: es en los pliegues de este contexto complejo, en sus tensiones y contradicciones, donde estamos llamados a «escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio» (GS, n. 4). Se señalan aquí algunos elementos del escenario global más estrechamente vinculados con el tema del Sínodo, pero el cuadro deberá enriquecerse y completarse a nivel local.

“Una tragedia global como la pandemia del COVID-19 «despertó durante un tiempo la consciencia de ser una comunidad mundial que navega en una misma barca, donde el mal de uno perjudica a todos. Recordamos que nadie se salva solo, que únicamente es posible salvarse juntos» (FT, n. 32). Al mismo tiempo la pandemia ha hecho detonar las desigualdades y las injusticias ya existentes: la humanidad aparece cada vez más sacudida por procesos de masificación y de fragmentación; la trágica condición que viven los migrantes en todas las regiones del mundo atestiguan cuán altas y fuertes son aún las barreras que dividen la única familia humana”. (Documento Preparatorio, 5)

Hay otras razones señaladas por el Documento Preparatorio. Es importante anotar que la Iglesia está llamada a una constante renovación por motivo de su misión de anunciar el Evangelio. Este proceso sinodal, como señala el Documento Preparatorio, está destinado a servir al avance de esta misión ahora y en el futuro.

¿Cuál es el cronograma de este proceso?

Esquema diocesano de la primera fase [Octubre de 2021 – Junio de 2022]

17 de octubre – 28 de noviembre de 2021: Fase Preparatoria

Se invita a todos a prepararse mediante la oración, la predicación y el estudio.

28 de noviembre de 2021 – 31 de marzo de 2022: Fase de Consulta

  • Sesiones de Escucha parroquiales y grupales
  • Encuesta en línea
  • Sesiones regionales de escucha

1 de abril – 30 de junio: Fase de Reporte

  • La parroquias/el grupo debe elaborar un solo reporte a más tardar el 31 de marzo
  • Reunión previa al Sínodo (fecha sin definir)
  • Reporte arquidiocesano el cual debe presentarse a la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos antes del 30 de junio

Preguntas

¿Hay alguna pregunta sobre los sínodos o la sinodalidad que podamos responder?

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¿Desea participar en la próxima consulta?(Obligatorio)
Parte del proceso del Sínodo incluye una consulta. ¿Podemos enviársela por correo electrónico cuando llegue ese momento?
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